Puede ver el artículo original en Italiano, en: La “Declaratio” di papa Ratzinger non fu di “Rinuncia”, ma di “Sede impedita”. La chiave in una parola – Libero Quotidiano. A continuación ofrecemos la traducción al Español.
Esta publicación se ofrece como un servicio informativo de cara a los debates de interés público (Ver al respecto, nuestra política y criterio Editorial).
Por Andrea Cionci
A veces, para captar y entender los pormenores de una situación intrincada, es necesario buscar el ángulo adecuado y cambiar el punto de vista. El “busilis”, la cuestión, de la renuncia del Papa Ratzinger ha estado en pie durante ocho años: a nosotros nos ha tomado dos para investigarlo a fondo. Síguenos unos minutos, merece la pena. Intentaremos ser muy claros y encontrarás todas las ideas y fuentes que lo respaldan en los enlaces.
La clave que lo explica todo radica en la palabra latina “vacet”, traducida hasta ahora arbitrariamente como “sede vacante”.
Desde 2013, nos hemos acostumbrado a hablar de la Declaratio “de renuncia” del Papa Benedicto XVI que, como han ilustrado definitivamente los juristas Estefanía Acosta y Antonio Sánchez (Ver AQUÍ) es, no obstante, legalmente inválida. Desde que divulgamos, en marzo, el libro de Acosta con estos contenidos (Ver AQUÍ), nadie lo ha negado ni ha podido controvertirlo jurídicamente, por lo cual estamos obligados a asentir ante los argumentos y a aceptar el hecho. Prueba de ello es que ni siquiera la expresión ni la figura de el “papa emérito” han existido nunca, como lo han sostenido siempre los grandes canonistas; tanto, que ahora el Vaticano está tratando de construir una jurisprudencia para conferirle un estatus jurídico a esta novedosa institución (Ver AQUÍ).
¿Y ahora, qué?
La hipótesis del Plan B, que reconstruimos AQUÍ y nunca ha sido negada por los círculos vaticanos, es que el Papa Ratzinger escribió una renuncia INTENCIONADAMENTE INVÁLIDA con la cual ataba a sus enemigos, dando lugar a que el tiempo hiciera su parte permitiendo que se manifestaran como herejes y, una vez expuestos, darse ipso facto la nulidad en sus cargos y actuaciones, para poner al descubierto la invalidez de su renuncia.
El juego –salvar a la Iglesia de la herejía modernista–, es decir, la vela, la vigilia (la vigilante espera) valió la pena, como explicamos en el blog de Aldo Maria Valli (AQUÍ), aunque a muchos católicos les ha costado creerlo y aceptar que el papa-teólogo, muy culto y que siempre ha hecho gala de una lucidez diáfana, había declarado una pura “tontería”.
Pero el sentido estaba ahí, y muy coherente. Al final, incluso la última pieza del rompecabezas cayó en su lugar para desentrañar toda una serie de nudos en una cadena, comenzando con esto. Como veremos, el Papa Benedicto, quien al comienzo de su pontificado pidió a los fieles que rezaran para que “no huyera ante los lobos”, fue muy sincero, obedeciendo con franqueza el precepto de Cristo: "He aquí, os envío como ovejas en medio de lobos; sean prudentes como serpientes, y simples como palomas.
Mientras tanto: ¿QUIÉN DECIDIÓ QUE LA ‘DECLARATIO’ ERA UNA RENUNCIA AL PAPADO? El documento se llama simplemente “Declaratio” (Ver AQUÍ) y no “Renuntiatio” como lo exige, entre otras cosas, la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis la cual establece claramente que el cónclave puede ser convocado "post Pontifici obitum vel validam RENUNTIATIONEM" –después de la muerte del pontífice o renuncia válida".
De hecho, el Card. Sodano, leyendo en “caliente” la explicación preparada inmediatamente después de la intervención de Benedicto (Ver AQUÍ), no habla ni de renuncia, ni del fin del pontificado, sino del fin del SERVICIO pontificio. Subraya varias veces que Benedicto XVI seguirá siendo Papa hasta el día 28 y especifica, al final, además:
«Tu misión, Santo Padre, continuará: has dicho que siempre estarás cerca de nosotros con tu testimonio y con tu oración. Por supuesto, las estrellas en el cielo siempre siguen brillando y así la estrella de su pontificado siempre brillará entre nosotros». El propio Benedicto XVI dirá entonces: “El 'siempre' es también un 'para siempre', ya no hay un retorno a lo privado. Mi decisión de renunciar al ejercicio activo del ministerio, no revoca esto”, y de nuevo: “Ya no llevo el poder del oficio para el gobierno de la Iglesia, pero al servicio de la oración permanezco, por así decirlo, en el recinto de San Pedro” (Ver AQUÍ).
Por lo tanto, debemos entrar finalmente en la perspectiva de que “OTROS” decidieron que debía ser una abdicación, mientras que Ratzinger había declarado otra cosa.
Ante la última entrevista con el Prof. Sànchez (Ver AQUÍ) y tras el aporte del latinista Gianluca Arca quien, sobre la base de lo ya intuido en 2019 por el fraile Alexis Bugnolo (Ver AQUÍ), lee en el texto una coherencia completamente diferente, se encendió una bombilla: la supuesta e inválida Declaratio “de renuncia”, en realidad, era una DECLARACIÓN coherente de “SEDE IMPEDIDA”, expresada en un lenguaje no jurídico.
¿Qué es esto y en qué consiste? Según el Canon 412,
“se entiende que la sede episcopal está 'impedida' si el obispo diocesano está totalmente impedido de ejercer el oficio pastoral en la diócesis debido a la prisión, el confinamiento, el exilio o la incapacidad, no pudiendo comunicarse ni siquiera por carta con sus diocesanos".
Dos notas para entender el contexto: que el papa Ratzinger tenía al mundo entero en su contra fue excelentemente descrito por Paolo Flores d'Arcais (Ver AQUÍ).
Que había muchos enemigos internos, como el “lobby” de cardenales modernistas llamado "Mafia de San Galo", se confirma por la nunca negada autobiografía (2015) del Cardenal Godfried Danneels (Ver AQUÍ), y del escándalo Vatileaks (2012), donde también se habló de un proyecto para matar al Papa. Que Benedicto XVI tuvo enormes problemas para ejercer su autoridad, queda demostrado por la destitución del presidente del IOR, su confiado Ettore Gotti Tedeschi, una medida tomada sin que él, el Papa (!), supiera nada al respecto (Ver AQUÍ).
El propio Ratzinger alude a esta situación de impotencia en “Ein Leben” (2020): “Hacia el final de mi pontificado me di cuenta de que la falta de las capacidades adecuadas para un correcto desempeño del oficio puede manifestarse en diferentes formas”.
Simplemente YA NO LE OBEDECÍAN. Por lo tanto, considerar que en cierto momento Benedicto, acorralado e incapaz de imponerse con los suyos, había pensado cómo renunciar DE HECHO (y no jurídicamente) a su poder práctico y convertirse en un “ermitaño” por el autoexilio en el Vaticano, es una perspectiva completamente realista y muy posible.
Todo depende, de hecho, de cómo leer el texto latino traducido al italiano. Sometimos la “Declaratio” al escrutinio de CINCO LATINISTAS: dos profesores universitarios, dos profesores de secundaria, y un traductor del latín medieval (ver nota 1).
Todos estuvieron de acuerdo en que la traducción italiana del Vaticano es sustancialmente correcta, pero hay un verbo, “VACET” que, según ellos, de hecho se puede traducir muy bien en su sentido literal y original de “PERMANECER LIBRE”, y no necesariamente tiene que traducirse con la expresión “sede vacante” que hemos estado acostumbrados a leer durante ocho años.
“... ita ut a die 28 februarii MMXIII, hora 20, sedes Romae, sedes Sancti Petri VACET et Conclave ad eligendum novum Summum Pontificem ab his quibus competit convocandum esse”.
El Prof. Arca cita varios lugares donde el verbo mantiene su significado fundamental de quedar libre, desocupado, vacío, incluyendo Cesare, B. G. I, 28, 4: “noluit eum locum unde Helvetii discesserant vacare” así como Cicerón: “Ego filosophiae Semper vaco” - “Siempre tengo tiempo libre para la filosofía”.
Y así, tenemos que Benedicto XVI expresa los siguientes conceptos clave en su Declaratio, (que informamos en la parte inferior, en su totalidad):
puesto que ya no tengo fuerzas para ejercer el poder práctico (ministerium) declaro renunciar a él,
para que la sede de San Pedro permanezca LIBRE (no "vacante" en el sentido jurídico) a partir de las 20.00 horas del 28 de febrero de 2013.
Y declaro que el próximo nuevo Pontífice debe ser elegido por un cónclave convocado "por aquellos a quienes les compete".
¿Por qué dice “A QUIENES LES COMPETE”, y no simplemente, “de los cardenales”? TODO VUELVE: vimos AQUÍ que él, para abdicar, no podía separar el munus del ministerium. Así que Ratzinger, separándolos, NO ABDICÓ, sino que quiso renunciar a ejercer su poder de hecho (ya que ya no podía) dejando el asiento de San Pedro LIBRE. De hecho, el 28 de febrero de 2013, Benedicto dejó VACÍA la sede del Vaticano, volando en helicóptero a Castel Gandolfo (una elección ciertamente no justificada por las vacaciones de verano). Así, al filo de las 20.00 horas, no firma nada, no confirma la renuncia al ministerium, como explica AQUÍ el teólogo Carlo María Pace porque habría sido, por supuesto, un acto jurídico inválido.
Así, a partir del 28 de febrero de 2013, se inicia la situación de Sede Impedida anunciada el 11 de febrero de 2013. A partir de este momento, sus enemigos pueden hacer lo que quieran con respecto a la sede de San Pedro.
Sin embargo, previendo la USURPACIÓN de su trono a través de un cónclave ilegítimo (llamado al papa vivo y no abdicatorio), Ratzinger en la Declaratio especifica una sola cosa, pero muy clara y elocuente que resumimos de la siguiente manera: el próximo papa verdadero debe ser elegido solo por un cónclave formado “por aquellos a quienes les compete”. Es decir, por los que tienen derecho a ello, es decir, por los verdaderos cardenales electores, los nombrados por mí, Benedicto XVI y, a lo sumo, por Juan Pablo II.
Y de hecho, explica el prof. Sànchez (Ver AQUÍ), ya que Benedicto XVI no abdicó y siguió siendo el único papa verdadero, Francisco es un antipapa y ha nombrado a 80 cardenales inválidos que, mezclados con los válidos, en un próximo cónclave inválido elegirían a otro antipapa. En consecuencia, el próximo papa verdadero solo puede ser elegido por un cónclave compuesto por ALGUNOS cardenales electores, los reales, “a quienes compete”, nombrados antes de 2013, y no por otros pseudo-cardenales.
Benedicto, de hecho, concluye la Declaratio con algunos acentos sinceros: “Ahora, confiemos la Santa Iglesia al cuidado de su Pastor Supremo, Nuestro Señor Jesucristo”, dado que tuvo que abandonar la Sede de Pedro, ahora impedida, como un Papa abrumado por fuerzas antipapales. Poco después, encomienda a los auténticos “Padres Cardenales” a la ayuda de Nuestra Señora para que mañana, no se sabe qué tan lejos –después de su muerte, o después de su abdicación regular– puedan elegir un próximo Papa verdadero.
Había dejado a los verdaderos cardenales 17 días (11-28 de febrero de 2013) para verificar en el Código de Derecho Canónico cómo se podía llevar a cabo una renuncia legítima al artículo 332. § 2. Dos semanas para pensar, para pedir aclaraciones y/o correcciones a esa renuncia canónicamente inválida del ministerium, pero ninguno de ellas había captado. Así como nadie se ha molestado en pedirle una sanatio de la supuesta renuncia, cuando en 2014 Antonio Socci destacó públicamente por primera vez la invalidez de la renuncia (Ver AQUÍ). Sin embargo, Benedicto XVI nunca ha concedido ninguna sanatio (Ver AQUÍ).
Pero la belleza viene ahora. Hemos visto anteriormente que, entendida como renuncia, la Declaratio es “implosiva” y por lo tanto debe ser descartada. Por el contrario, la situación de “Sede Impedida” también se ve confirmada por toda una serie de ELEMENTOS CIRCUNSTANCIALES DE BASTANTE PESO– si no enteramente PROBATORIOS– en el comportamiento posterior de Benedicto XVI y en los libros-entrevistas escritos con Peter Seewald.
En “Últimas conversaciones”, 2016, Ratzinger responde a su renuncia: “Ningún Papa ha renunciado durante mil años e incluso en el primer milenio fue una excepción” (Ver AQUÍ). Dado que en el primer milenio abdicaron 6 papas y 4 en el segundo, hace, por la fuerza, una referencia histórica precisa a la “excepción” del papa medieval Benedicto VIII que, en el primer milenio, fue expulsado de Roma por un antipapa y que, por lo tanto, tenía, casualmente, su propia sede impedida: su antiguo predecesor tuvo que renunciar al ejercicio de su poder práctico debido a un “exilio” forzado. Como lo establece hoy el canon 412.
Ratzinger escribe de nuevo en “Ein Leben” (2020): “La situación de Celestino V fue extremadamente peculiar y de ninguna manera puede invocarse como precedente (de mi renuncia)”. De hecho, no abdicó –como lo hizo legalmente Celestino V– sino que se fue voluntariamente “al autoexilio” en el Vaticano, renunciando fácticamente al ministerium y permaneciendo así –como sucedió con Benedicto VIII–, como único y verdadero Papa.
Esto también explica por qué Ratzinger mantiene la túnica blanca y las otras prerrogativas papales (Ver AQUÍ), el escudo de armas papal con las llaves decusadas y sobre todo por qué durante ocho años ha estado repitiendo que “EL PAPA ES UNO” sin especificar NUNCA cuál de los dos, algo que acaba de confirmar Mons. Ganswein (Ver AQUÍ).
Ese Papa es él mismo, pero NO PUEDE DECIRLO ABIERTAMENTE PORQUE TIENE LA SEDE IMPEDIDA Y “NO PUEDE COMUNICARSE (nota del editor libre) ni siquiera por carta” (Can. 412).
Es por eso que estaba moralmente justificado para protegerse detrás del INSTITUTO INEXISTENTE DEL “PAPA EMÉRITO”: legítima defensa para seguir siendo el Papa en el Vaticano.
Aclarado por qué Ratzinger, en 2016, en el Corriere afirma haber escrito la Declaratio en Latín precisamente “para no cometer errores”, a pesar de que había insertado algún, y grave, error de sintaxis: al estar ahora “impedido” de comunicarse, tuvo que usar un lenguaje sutil, y nos empujó (con éxito) a investigar a fondo la traducción latina para encontrar la más correcta y reveladora (Ver AQUÍ).
Esto explica por qué el Santo Padre Benedicto XVI ha mantenido durante ocho años su continua y perfecta ambigüedad (Ver AQUÍ) y el lenguaje sutil que también encontramos en su última entrevista (Ver AQUÍ).
Muchos, de hecho, se preguntan con impaciencia: “¿Pero por qué no habla con claridad?”. Repetimos: NO PUEDE HACERLO, PORQUE TIENE SU ASIENTO IMPEDIDO, ¡NO ES LIBRE DE EJERCER SU PODER!
En conclusión, verificar el original de la Declaratio en Italiano. En mayúsculas, la única palabra traducida de una manera legalmente diferente de la versión vaticana (Ver AQUÍ) y, en negrita, las expresiones significativas, con los significados originales de la palabra "ministerio", con la que tanto munus como ministerium han sido traducidos al italiano.
«Queridos hermanos, Os he convocado a este Consistorio no sólo para las tres canonizaciones, para comunicaros una decisión (notas 2,3) de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de examinar repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certeza de que mi fuerza, debido a mi avanzada edad, ya no es adecuada para ejercer adecuadamente el munus petrino. Soy muy consciente de que este munus, por su esencia espiritual, debe lograrse no sólo con hechos y palabras, pero no menos con sufrimiento y oración. Sin embargo, en el mundo de hoy, sometido a rápidos cambios y agitado por cuestiones de gran importancia para la vida de fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, también es necesario el vigor tanto del cuerpo como del alma, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal manera que debo reconocer mi incapacidad para administrar bien el ministerium que se me ha confiado. Por esta razón, muy consciente de la gravedad de este acto, con plena libertad, declaro renunciar al ministerium de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado a manos de los Cardenales el 19 de abril de 2005, para que, a partir del 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la Sede de Roma, la Sede de San Pedro, QUEDE LIBRE y deba ser convocado, por aquellos a quienes pertenece, el Cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice. Queridos hermanos, os agradezco de corazón todo el amor y el trabajo con el que habéis llevado conmigo el peso de mi ministerio, y pido perdón por todas mis faltas. Ahora, confiemos la Santa Iglesia al cuidado de su Pastor Supremo, Nuestro Señor Jesucristo, e imploremos a su santa Madre María que ayude a los Padres Cardenales con su bondad materna en la elección del nuevo Sumo Pontífice. En lo que a mí respecta, incluso en el futuro, querré servir con todo mi corazón, con una vida dedicada a la oración, a la Santa Iglesia de Dios".
¿Por qué se ha elegido y privilegiado esta versión de “vacet”, con todos los anexos y conexiones legales? Esta Declaratio, además de estar apoyada por DOCENAS DE ELEMENTOS CIRCUNSTANCIALES MUY CLAROS, tiene un sentido sutil, pero coherente y literal, el otro en cambio NO, dado que la Sede de San Pedro, para el Derecho Canónico (can. 332 § 2) NO PUEDE PERMANECER VACANTE con la renuncia del ministerium solamente, del ejercicio práctico: la renuncia del munus es requerida. Así que la interpretación de la Declaratio de 2013, fue presentada ABUSIVAMENTE como una “renuncia al papado” sólo por aquellos que querían interpretarlo así, o por ingenuidad, o para tomar el asiento ahora dejado LIBRE.
La supuesta renuncia, ya que es un oxímoron jurídico, fue primero mal organizada en traducciones, con la abolición desvergonzada de la dicotomía legal fundamental munus/ministerium (nota 4) y, posteriormente, cubierta por fuertes operaciones de propaganda mediática, como cuando Vatican News atribuyó ilícitamente a Ratzinger la frase “El Papa es uno y es Francisco” (Ver AQUÍ).
Sólo con una Declaratio entendida como anuncio de una Sede impedida vuelven a su cauce todos los relatos: lógicos, canónicos, teológicos, circunstanciales y testimoniales.
Digamos que el “Plan B” ha sido actualizado y corregido en el “Plan V”, de “Vacet” y, sobre todo, de “Verdad”.
Notas:
Se trata de los profesores de Lengua y Literatura Latina Giorgio Piras y Francesco Ursini (Univ. "La Sapienza" de Roma), Gianluca Arca (Liceo Ginnasio Statale "S.A. De Castro" en Oristano), Matteo Corrias (Liceo tecnologico di Oristano) y el fraile franciscano Alexis Bugnolo. Los estudiantes universitarios entrevistados desconocían la cuestión jurídica.
El Prof. Arca recuerda que la palabra decisio, al igual que el verbo corradical decidir, implica la idea de cortar, dividir y componer disputas y puntos de vista divergentes a través de la aceptación por ambos lados de la renuncia a algo (cita al respecto Cic. Pro Roscio, 40: cum de tota re decidisset Roscio), por lo tanto, puede traducirse con el valor del compromiso y quizás el compromiso al que se inclina Benedicto XVI es el de la separación entre munus y ministerium. Cabe señalar que, incluso en italiano, un significado de "decisión" puede ser el de separación de una parte del todo (Ver AQUÍ).
Para el latinista Frà Alexis Bugnolo, traductor del Latín medieval, la referencia de decisionem es aún más precisa, es decir, “Comunico una separación del ministerium petrino de ti”, es decir, de los cardenales, con un uso particular del dativo "vobis" que se encuentra en San Buenaventura (bien conocido por Joseph Ratzinger) y que sería coherente con los contenidos ilustrados. Además, para Frà Bugnolo, vacet se traduce aún mejor con “restos no utilizados” (“RESTOS LIBRES”).
El profesor Corrias, apenas posible en decisio como “separación”, confirma completamente que munus y ministerium tuvieron que dejarse absolutamente en el latín original.
‘Busilis’: ‘punto en que estriba la dificultad de una cosa’, 1615. Extraído del latín In diebus illis, ‘en aquellos días’, mal entendido por un mal estudiante que, separando In die, preguntó qué significaba busillis. (Corominas: Diccionario etimológico).
Decusado, da
Del lat. decussātus 'cruzado en aspa', der. de decussis 'decena', 'aspa, figura en X', por alus. a la forma del número romano diez. (Diccionario de la RAE).
Oxímoron
Del gr. ὀξύμωρον oxýmōron.
1. m. Ret. Combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, como en un silencio atronador. (Diccionario de la RAE).
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