Si conserváis la calma mientras todos la cabeza perdieron y os censuran; si en vosotros creéis, sin ofenderos que os pongan los otros bajo duda.
Si al mendaz toleráis sin ser mendaces, si esperáis sin fatiga ni cansancio, si no pagáis el odio con el odio, sin por ello tomar aires magnánimos.
Si pensáis y soñáis, sin a los sueños o el pensamiento hacer vuestro objetivo; si sabéis afrontar fracaso y triunfo a entrambos presentando un rostro mismo.
Si soportáis que la verdad que hablasteis la truequen en embustes gentes necias; si las cosas que hicisteis veis caídas y las habéis de alzar sin herramientas.
Si cuanto con trabajo conseguisteis a un solo golpe lo arriesgáis de suerte, y si sabéis, perdiendo, vuestra vida hacer que en el principio recomience.
Si vuestro corazón y vuestras fibras servir hacéis, aun cuando estén deshechos, y si sabéis luchar, faltando todo salvo la voluntad que dice: “Quiero”.
Si frecuentando al vulgo os guardáis sabios, y si sensatos al tratar a reyes; si a todos apreciáis y poco a todos, y nadie, amigo o no, dañaros puede.
Si a sesenta segundos de distancia el minuto alejáis de odio y reproche, vuestra es la tierra con cuanto contiene y, lo que es más, ¡oh hijos!, seréis hombres.
Autor: Rudyard Kipling, Premio Nobel de Literatura 1907.
(Traducción de Juan G. de Luaces, Aguilar).
A continuación, en video, la recitación de este breve y hermoso poema en una de las tantas versiones conocidas a las que ha dado lugar.
Ver más sobre el autor y esta obra, en: Si... (Kipling) - Wikipedia
Comentários