A través de un comunicado emitido inicialmente por Whatsapp a algunas personas el domingo 13 de noviembre de 2022, el reconocido historiador y profesor español Damián Galerón dejó clara su postura con respecto a un asunto que inquieta a los fieles católicos:
La Santa Misa, la Consagración y la Comunión son válidas, pese a la impugnación del “Una Cum” por parte de un sector que se autodenomina “Remanente Fiel”.
Obviamente, tal declaración se contrapone con la postura de quienes afirman e instan a los fieles a no asistir a las Misas “Una Cum” Francisco, y niegan la validez de la Sagrada Comunión dentro de éstas llegando a afirmar incluso que “cometen pecado mortal”.
El hecho relevante y pertinente, es que el profesor Damián Galerón ha respondido a las inquietudes que le venían planteando al respecto, explicando con honestidad qué hacer en este momento, mientras aún subsiste la Gracia Sacramental en la Santa Misa.
Se trata de una cuestión bastante delicada que necesariamente suscita disensos, pues en ella se pone en juego la Salvación de las Almas, que es la Misión y la Ley Suprema de la Iglesia. A nuestro modo de ver, el hecho crucial es: ¿Cómo advertir a las personas sobre los riesgos de error para evitar que se expongan a ello, pero sin alejarlos de la Gracia Sacramental y Santificante?
El debate y la polémica están servidos, y estamos seguros de que en su momento la Santa Iglesia, a través de las autoridades competentes instituidas para ello, se pronunciará válidamente y dirimirá el asunto.
Entretanto, pedimos a Dios Sabiduría para quienes ejercen su labor como “líderes de opinión” en materia de formación de criterio y orientación de conciencia, en estos momentos de confusión. Y para nosotros, con el fin de que podamos perseverar en la Fe, unidos en La Verdad.
Declaración del Profesor Damián Galerón
Hemos verificado directamente con él su autoría, y lo publicamos con su autorización. Los énfasis son nuestros.
Ante las numerosas preguntas que me llegan sobre la confusión originada a raíz de ciertas afirmaciones que dicen que la santa misa y, en concreto la consagración, queda invalidada cuando se pronuncia el nombre de Francisco, me veo obligado a salir al paso, haciendo una serie de puntualizaciones tratando de aclarar que esa postura de declarar inválida la consagración por mencionar el nombre de Francisco, es ajena a todo sentido de lo que debe ser la tradición de la iglesia. Por lo tanto, paso a puntualizar una serie de aspectos para aclarar este tema.
1.- Es ajeno a la tradición y a todo sentido común, afirmar que la misa y la consagración quedarían invalidados por mencionar al actual responsable de la iglesia, Francisco, independientemente que Francisco, en no pocas de sus afirmaciones teológicas, se haya alejado del Magisterio de la Iglesia en numerosos aspectos.
2.- Si en el momento de la Consagración y en la materia propia que afecta a la consagración, el sacerdote es legítimo, es decir, ha sido legítimamente ordenado, y pronuncia correctamente la fórmula de la consagración, se produce lo que conocemos teológicamente como la transustanciación, de manera que las especies del pan y del vino se transforman en el cuerpo y sangre de Cristo.
3.- En base a todo esto, se ha expandido una falsa idea entre determinado fieles, proliferando una idea que todavía no corresponde al tiempo histórico, aunque no por ello, tengamos que reconocer que estamos cerca de ello. Me refiero con esto a que se ha ido extendiendo una denominación de iglesia llamada “remanente”; iglesia remanente de fieles que, insisto, todavía no está acreditada por los acontecimientos. Una prueba de esto que afirmo consiste en que, es precisamente en estos grupos que se denominan “iglesia remanente”, de donde está saliendo la confusión y el grave error de afirmar que por pronunciar el nombre del actual responsable de la iglesia, queda todo invalidado. Esa afirmación es de notable irresponsabilidad.
4.- Este proceso alarmante de confusión que ya estamos viviendo entre quienes se consideran fieles, no solo no se va a detener, sino que va a aumentar, donde veremos cómo se denuncia a determinados sacerdotes por este hecho, y donde no pocos se denunciarán unos a otros, sacerdotes contra sacerdote, obispos contra obispos y fieles contra otros fieles.
5.- Este proceso purificativo ya se está dando, pero llegará inevitablemente al punto donde todo eclosionará a través de un cisma total de la iglesia; este cisma será el punto de referencia donde los verdaderos fieles tendrán que tomar decisiones nada fáciles de asumir, pero será quienes salvaguarden la fe y la doctrina de la iglesia, hasta que aparezca una cabeza fuerte y poderosa en la iglesia que aglutine a este resto de fieles que conservarán lo poco que queda de la iglesia.
6.- Ese resto de fieles ya no se llamarán a sí mismos “remanentes”, por la sencilla razón de que, para entonces, la purificación habrá eliminado por la fuerza de los hechos a quienes se creen dueños de un partido eclesial remanente.
7.- Llegará un momento donde veremos con claridad la validez o no de una misa, incluida la validez o no de la consagración, pero mientras tanto no podemos hacer afirmaciones gratuitas de que una misa queda invalidada por mencionar el nombre de una persona que pueda o no gustarnos. Dios, afortunadamente no se somete a los caprichos de nuestro criterio.
He afirmado repetidamente que, mientras tanto, aprovechemos lo mucho o poco que tengamos, que tiempos peores nos llegarán de improviso y será entonces cuando lamentaremos la confusión que hemos creado y el daño que hemos hecho. Un daño a los fieles en base a los caprichos de nuestras opiniones; opiniones, desgraciadamente basadas en criterios humanos, no en fundamentos espirituales.
Damián Galerón.
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