Video entrevista de Beatriz Becerra al Padre Luis Carlos Uribe y documento con la declaración que expone “Por qué ir a las Iglesias”.
A finales de octubre de 2022 estalló una polémica sobre la validez o no de las misas que se celebran “«una cum» Francisco” y, en consecuencia, la de la Consagración, de la misma Misa y de la comunión allí recibida. El asunto de fondo se refiere a la pertinencia o al “peligro” de asistir a ellas y de recibir válidamente la Sagrada Comunión o de incurrir en un presunto “pecado mortal” por hacerlo “en comunión con un hereje manifiesto”.
La discusión sobre el «una cum» no es nueva, lleva ya varios años agitándose en el ámbito eclesial, con la diferencia de que ahora se ha trasladado a los fieles de a pie. Veamos algunos hechos relevantes en el desarrollo del debate, y cómo se llegó hasta la polémica posterior.
Desde el 31 de julio de 2018, ya el sitio web “Como Vara de Almendro”, se había pronunciado al respecto de la posición de Don Alessandro Minutella.
Un año largo después, el 15 de octubre de 2019, César Sánchez (“César para Jesucristo”) refiere dicha publicación en un video, en el que dialogó sobre el asunto con el Padre Carmelo José González, y al que tituló: “¿Es VÁLIDA la MISA "CUM FRANCISCO"?”. Allí, este Sacerdote ofrece unas declaraciones fundamentales, pues cita con diáfana claridad el Magisterio vigente de la Iglesia al respecto.
Sobre todo, reitera la necesidad de los Sacramentos y su Eficacia para la Salvación, que no se supeditan a ninguna persona en particular, sino al Sacrificio Redentor de Jesucristo. Este acto, debidamente realizado, es suficiente para la validez de la Santa Misa, de la Consagración y de la Sagrada Comunión, que se realiza «ex opere operato». Esto indica el modo objetivo de obrar en los sacramentos, que infunden la gracia en el sujeto “en virtud de la acción sacramental cumplida debidamente”, esto es, en virtud y por autorización divina.
El 22 de octubre de 2021, Monseñor Juan de Dios Olvera Delgadillo, Canónigo de la antigua Basílica de Guadalupe en México, emitió en compañía de otros sacerdotes y de varios seglares la que en términos sencillos hemos llamado “Declaración del Tepeyac”, que publicamos en un artículo del 10 de noviembre de 2021 titulado “Declaración del Tepeyac”: unidad en la Verdad, pero resistencia ante los errores del Papa - Razon+Fe.
Allí se recogen la entrevista que concedió al respecto, sus aclaraciones y precisiones, así como la Declaración “Mater Veritatis Salutaris (mater-veritatis-salutaris.org)”.
La polémica desatada, como era de esperarse ante un asunto tan delicado, ha traído desasosiego y confusión entre los fieles católicos que desean vivir sinceramente la fe dentro de los criterios de la Sana Doctrina de la Iglesia. Muchos de ellos, aunque cobijados bajo el apelativo “remanente fiel”, no conforman una secta ni hacen parte de un grupo de fanáticos movidos por ánimos subjetivos ni por pretensiones puritanas o de fundar otra “iglesia”: se trata de personas honestas, que indican así su deseo y decisión de no exponerse al error ni a la herejía y de apartarse de ellos.
Lamentablemente el debate se ha tornado agrio y encendido, y está llevando a una división que parece irreversible ante las actitudes inconciliables y posturas irreconciliables que han asumido de modo particular quienes no quieren verse bajo el influjo de un magisterio adulterado ni sometidos a los dictámenes de “una falsa iglesia”. De esta manera, se dejan ver ya con cierta definición los fantasmas del sectarismo y el cisma.
Dos posturas son clave en toda la discusión: la de quienes niegan la validez de los sacramentos celebrados “«una cum» Francisco”, y la de quienes la afirman, pese al mismo.
La primera postura ha sido claramente liderada y promovida con vehemencia por algunos sacerdotes como el italiano Don Alessandro Minutella o el colombiano Ricardo Gómez Giraldo, y por seglares como el español Vicente Montesinos, director del canal «Adoración y Liberación», el colombiano Henry Gómez Casas, director de «Radio Rosa Mística Colombia», y especialmente por parte del Periodista e Historiador italiano Andrea Cionci, quien a partir de su investigación sobre la «Magna Quaestio» titulada “Código Ratzinger”, ha recabado sobre la situación de “Sede Impedida” del Papa Emérito Benedicto XVI y su consecuente imposibilidad de comunicarse abiertamente, lo cual le obligaría a hacerlo de una forma indirecta y cifrada.
La segunda postura, que defiende la validez de los Sacramentos celebrados y, por lo tanto, de la Consagración y de la Sagrada Comunión recibida en dichas Misas, ha surgido como respuesta ante las categóricas afirmaciones de los anteriores, especialmente al decir que quien participe y comulgue en ellas incurre en “pecado mortal” porque “está en comunión con un hereje”. Los vientos huracanados han soplado sobre «Arturo, Periodista Católico», quien se atrevió a señalar públicamente el carácter erróneo de la primera y las graves consecuencias que conlleva: “es gravísimo apartar a los fieles de la Gracia Sacramental”, ha dicho.
Así mismo, y luego de la considerable cantidad de consultas que le manifestaran, se pronunció el Historiador Damián Galerón afirmando la validez de la Santa Misa, de la Consagración y de la Comunión, pese al «una cum». La contraposición de criterios con Vicente Montesinos conllevó inevitablemente a un distanciamiento entre ambos.
También se ha pronunciado el reconocido investigador y estudioso de todos estos temas, Mauricio Ozaeta, quien lo hizo a través de un artículo publicado en el sitio web «Como Vara de Almendro», y de una video conferencia con Arturo, en los que analiza el asunto e invita a moderar el tono, a apagar el fuego y a superar la situación de manera objetiva, para lo cual sugiere considerar algunos puntos. Infortunadamente, también ha sido objeto de escarnio y de insultos por parte de quienes se han ofuscado dramática y casi fanáticamente con la cuestión.
En un intento por dar luz al tema, algunas personas hicieron circular por las redes sociales un artículo del Padre Lucas Prados que enuncia con claridad y concisión los criterios de validez de la Santa Misa.
Por su parte, el sitio web “Ejército Remanente” publicó una completa y documentada crónica en la que recoge con profusión los criterios tanto canónicos como teológicos sobre la validez de la celebración sacramental, de la Consagración y de la Sagrada Comunión, no obstante el “«una cum» Francisco”.
A finales de noviembre de 2022, luego de surtida la polémica, Juan Suárez Falcó publicó un completo artículo instando a los fieles a comulgar a Cristo, “ahora más que nunca”.
Podemos decir que previo al comienzo de la disputa, la cuestión –a pesar de lo delicada y la gravedad de la materia– no pasaba de un tema en discusión que exigía estudio y análisis, y sobre el cual cada persona emitía alguna opinión y aportaba criterios sólidos y ciertos desde su especialidad y experiencia, siempre en bien de la Iglesia y de los fieles.
Lo hicieron el conocido sacerdote Eduardo Achata, quien refirió al Canon 844 del Código de Derecho Canónico, y más exhaustivamente la abogada magister en Derecho Constitucional Estefanía Acosta, quien remitió un completo documento que ella reitera es apenas un “borrador” debido a que implica aspectos de otras materias como la Teología Moral y matices que exigen mayor precisión. En el mismo diferencia con claridad entre los pecados de herejía, apostasía y cisma, y los delitos correlativos a éstos, así como los procedimientos pertinentes contemplados y la autoridad competente a la que concierne investigar, juzgar y emitir sentencia al respecto.
Como se puede apreciar en este breve recorrido por los elementos que constituyen el eje de la polémica, el asunto es de bastante entidad, muy serio y una materia grave, que no podemos abordar a la ligera ni con apasionamientos. Aquí se ponen en juego la capacidad de ejercer un auténtico juicio crítico, la sabiduría y la prudencia. Por ello, que cada cual mida el alcance y la necesidad de su intervención según le compete.
Como dijimos en el comentario que precede a la declaración del profesor Damián Galerón, la gravedad del asunto estriba en que “en ella se pone en juego la Salvación de las Almas, que es la Misión y la Ley Suprema de la Iglesia”.
Por ello reiteramos que “A nuestro modo de ver, el hecho crucial es: ¿Cómo advertir a las personas sobre los riesgos de error para evitar que se expongan a ello, pero sin alejarlos de la Gracia Sacramental y Santificante?”.
Finalmente hemos conocido el pronunciamiento del grupo de prelados que se denominan “Sacerdotes Veritas”, el cual explica “Por qué ir a las Iglesias”. Esta declaración se basa en dos aspectos:
el primero refiere los argumentos canónicos explicitados por Estefanía Acosta en el documento mencionado, valorados aquí por estos;
el segundo recoge “otros argumentos” de índole teológica, magisterial y del acervo de las revelaciones aprobadas por la Iglesia sobre las cuales ahora se exige un correcto discernimiento de cara a lo que Nuestro Señor llamó “los Signos de los Tiempos” y “las Señales” a las cuales se debe prestar atención.
A continuación ofrecemos el Video entrevista de Beatriz Becerra al Padre Luis Carlos Uribe y el documento descargable en PDF con la declaración que expone “Por qué ir a las Iglesias”.
Entretanto –y como expresamos en el comentario que antecede y contextualiza la declaración del profesor Damián Galerón– pedimos a Dios Sabiduría para quienes ejercen su labor como “líderes de opinión” en materia de formación de criterio y orientación de conciencia, en estos momentos de confusión. Y para nosotros, con el fin de que podamos perseverar en la Fe, unidos en La Verdad.
Es tan sencillo que si realmente, el sacerdote Luis C. Uribe, igualmente Eduardo Achata, etc y demás fieles (entre comillas) al Vicario de JHS SS Benedicto XVI, reconociendo igualmente a quién USURPA la silla de Sn Pedro. Que les impide?? alejarse del innominado que le ha preparado el camino al anticristo, o acaso su tibieza no los deja aceptar que el único camino que lleva a la salvación es el sucesor de Pedro.