El 27 de abril de 2023, Andrea Cionci ha publicado en “Libero Quotidiano” este importante artículo, bajo el título: “Laterano da riconsacrare. Appello a Odifreddi che spiega la tecnica di Bergoglio”.
En español, podríamos traducirlo así:
Letrán ha quedado para ser consagrada de nuevo. Un llamado a Odifreddi, quien explica la táctica de Bergoglio
Por Andrea Cionci
Ahora ya todo ha sido “pasado en caballería” *. ¿Podemos darnos cuenta? La CATEDRAL DE ROMA, “San Giovanni in Laterano” (San Juan de Letrán), ha quedado para ‘RECONSAGRAR’ después de una misa anglicana celebrada ilegalmente en su altar, pero ya nadie habla de ello.
El 18 de abril, una delegación de un obispo más 50 sacerdotes anglicanos, que para los católicos son HEREJES Y CISMÁTICOS y no están válidamente ordenados, vino a Roma y celebró la Misa en la Segunda Sede más importante después de San Pedro.
Tal vez no haya nada nuevo que nos pueda sorprender de lo que el medio “Renovatio21” (Ver AQUÍ) ha verificado y registrado sobre el obispo anglicano Johnathan Baker de Fulham, casado dos veces, que se sentó en la silla de San Pedro, “fue” durante veinte años masón (¡Vaya casualidad!) y Vice Gran Capellán en la Gran Logia Unida de Inglaterra, la logia más grande de los países de la Commonwealth que remonta sus orígenes a la primera logia de la historia, fundada en una taberna londinense en 1.717 y tradicionalmente considerada como EL ARCHIENEMIGO DE LA IGLESIA CATÓLICA.
Ahora, más allá de las características del personaje, que hubo una violación muy grave de las normas canónicas no lo decimos nosotros, sino el mismo obispo capitular de la Basílica de Letrán Mons. Di Tora: «El Capítulo de Letrán, a través de Monseñor Guerino Di Tora, vicario capitular, expresa su profundo pesar por lo sucedido el martes pasado dentro de la Basílica de San Juan de Letrán, donde un grupo de 50 sacerdotes, acompañados por su obispo, todos pertenecientes a la comunión anglicana, celebraron en el altar mayor de la catedral de Roma, en contravención de las normas canónicas» (Destacado nuestro).
Un teólogo (cuyo nombre no puede aparecer por razones obvias) explica:
"Normalmente los tipos de eventos excepcionales que pueden ‘desconsagrar’ una iglesia son tres: 1. Profanación: si una iglesia o altar es profanado, por ejemplo utilizado para actividades sacrílegas o blasfemas. 2. Daño estructural severo: si una iglesia o altar sufre daños estructurales graves, como un incendio o un terremoto. 3. Violación grave de las normas litúrgicas: si una iglesia o altar se utiliza indebidamente, por ejemplo, si no se respetan las normas litúrgicas".
Aquí aplica el tercer caso, referido a las normas litúrgicas violadas: hubo celebración de un culto herético por religiosos no válidamente ordenados (para la Iglesia) en la catedral de Roma, entre quienes además había antiguos (?) masones.
Si el acto en sí, desde el punto de vista de la fe, ciertamente ofendió a Dios, no faltó la ofensa a los hombres con la risible justificación dada: un “descuido” porque el sacerdote católico que se relacionó con el obispo anglicano “no hablaba bien inglés” (Ver AQUÍ).
¿Ni el obispo católico ni el anglicano sabían que no era posible celebrar misa allí? Cuando entraron los 50, ¿nadie los reconoció como anglicanos y nadie los detuvo? ¿Podríamos imaginar al arzobispo de Milán que entra mañana en Westminster con 50 sacerdotes católicos y comienza a decir misa en el altar anglicano sin que nadie diga nada?
Incluso un niño entiende que fue una excusa patética para aprobar algo perfectamente organizado, y ¿sabes cuál es la prueba?
Imaginemos también que la historia del sacerdote torpe es cierta: obviamente el Capítulo de Letrán, además de disculparse, de los necesarios actos de desagravio y de la reconsagración inmediata, debería desaparecer durante los próximos cinco o seis años para dejar en el olvido la atroz metedura de pata. ¿Estamos de acuerdo?
PERO NO.
Ya está programada para el 14 de mayo, OTRA CELEBRACIÓN EN CABEZA DE OTRO CISMÁTICO EN LETRÁN: EL PATRIARCA COPTO ORTODOXO TEODORO II (Ver AQUÍ).
Sin embargo, como podemos leer en Vatican News, el Directorio ecuménico afirma en el punto 137 que “si los sacerdotes, ministros o comunidades que no están en plena comunión con la Iglesia católica no tienen un lugar, ni los objetos litúrgicos necesarios para celebrar dignamente sus ceremonias religiosas, el obispo diocesano puede permitirles usar una iglesia o edificio católico y también prestarles los objetos necesarios para su culto”.
Así como ya hay una iglesia anglicana en Roma, hay al menos dos o tres coptos ortodoxos. Lo que es evidente es que la celebración anglicana, organizada a propósito y cubierta por esa miserable excusa del sacerdote torpe, fue solo un ensayo previo, una especie de ENCUESTA, un precursor para comenzar a permitirle celebrar a cualquiera en un San Juan desconsagrado. Lo veremos cada vez más en adelante.
La operación, siempre cubierta con la guinda azucarada sobre la “hermandad entre cristianos” no es más que un caballo de Troya para demoler lo que queda de identidad católica.
Si “todos debemos estar unidos”, es obvio que los católicos tendrán que renunciar a algo para encontrar un mínimo común denominador. Por ejemplo: ¿la transubstanciación y el culto mariano? Con respecto al alcance teológicamente anticristiano de estas operaciones sincretistas, remitimos a este artículo AQUÍ.
Bergoglio es muy hábil: utiliza perfectamente la “Ventana de Overton” también llamada la técnica de la “rana hervida”: la primera vez se produce un error, por “un descuido”, pero entre tanto ya han sido rotos el protocolo y el Derecho Canónico. Así, la percepción del público ya está "vacunada".
Los usurpadores han podido comprobar que nadie ha protestado (de modo que a partir de ahora se podrá hacer sin que los católicos siquiera se atrevan a pestañear) por lo que se puede repetir el abuso partiendo de algo más suave (como los coptos ortodoxos) y luego continuar ‘in crescendo’.
De cómo funciona esta técnica, un intelectual por fuera de toda sospecha ofrece una excelente explicación: el matemático ateo Piergiorgio Odifreddi. Precisamente, el 2 de abril de 2018 el profesor desafió al director del diario “Repubblica”, Eugenio Scalfari, lo cual le costó su despido.
En el artículo publicado en el blog de “Repubblica” y en su libro de 2022 “In cammino alla ricerca della verità” (“En camino en busca –de indagación– de la verdad”), Odifreddi se expresa sobre el caso:
«El hecho es que Scalfari comenzó a inventar noticias sobre el Papa Francisco, haciéndolas pasar por hechos: esto es, precisamente, producir noticias falsas. En particular, lo hizo en tres “entrevistas” publicadas en “La Repubblica” el 1 de octubre de 2013, el 13 de julio de 2014 y el 27 de marzo de 2018, obligando al portavoz del Papa a negar oficialmente que las comillas del periodista correspondieran a cosas dichas por Bergoglio. En estas “entrevistas” Bergoglio había dicho que el infierno no existe y que las almas condenadas no van a ninguna parte, sino que simplemente se “disuelven”. El portavoz del Papa niega regularmente que se hayan dicho esas cosas; pero, también regularmente, el periódico continúa publicándolas, SIN INFORMAR NUNCA LAS NEGACIONES, ES DECIR, SIN DESMENTIR LO PUBLICADO, Y SIN QUE EL VATICANO LE PIDA QUE LO HAGA. Esto es muy nocivo para la Iglesia, porque todos los demás periódicos y sus lectores siguen preguntándose por qué el Papa Francisco insiste en hablar con un periodista poco confiable, que supuestamente le hace decir o “pone en su boca” –entre comillas y citando– cosas que son simplemente “heréticas”. Ante ello –y otros hechos similares– no debemos olvidar que Bergoglio sigue siendo un jesuita, que podría ESCONDER MUCHA ASTUCIA detrás de su aparente banalidad. A estas alturas, la percepción generalizada es que Bergoglio y Scalfari tocan un concierto, para colarse a través de ideas que no podrían difundirse abiertamente».
La técnica es exactamente esta: hacer que otros digan, no negar, o negar a medias, y mientras tanto contaminar la conciencia de los fieles con la difusión de tesis gnósticas y heréticas.
Dirigimos públicamente un llamamiento al Prof. Odifreddi, quien profesaba ser amigo del Papa Benedicto. Profesor: La amistad tiene sus reglas, usted lo sabe. Haga algo por su amigo el Papa Ratzinger, que fue destronado e impedido. Usted, que por razones profesionales, ciertamente no puede renunciar a la lógica y al pensamiento racional, dedique media hora de su tiempo a ver estos dos cortos documentales y manifiéstese públicamente:
“Dies Irae”: La Verdad sobre la “dimisión” de Benedicto XVI
“Intelligenti Pauca”: Cómo Benedicto XVI ha desvelado la situación de Sede Impedida
Al final de esta carta (AQUÍ) dirigida al obispo Gänswein, encontrará el informe completo sobre el asunto. El libro de investigación (secular) “Codice Ratzinger” (“Código Ratzinger”) fue incluido por el Corriere e Il Sole 24 entre los diez libros más leídos en Italia, pero pocos hablan de ello, por miedo y silencio mafioso.
Hemos experimentado que, en defensa de la Iglesia, hasta ahora han hablado más ateos y laicos que católicos o presuntos católicos quienes, a pesar de los repetidos llamamientos a pronunciarse cooperando así con la Verdad, se atrincheran en un silencio desdeñoso. Así que, como una bofetada moral y pública, agradezco darles algo sobre el asunto (incluso sin mencionarme, está bien).
Voltaire, un filósofo que, creemos, es querido para usted, dijo dos cosas importantes: “La amistad es un contacto tácito entre dos personas sensibles y virtuosas”. Y además: “A los vivos debemos respeto, a los muertos solo debemos la VERDAD".
* La expresión “pasó en caballería” o [acabó de] “pasar en caballería” es un modismo italiano procedente de la jerga militar. La Caballería estaba mayoritariamente compuesta por nobles y ricos, mientras en la Infantería servían soldados de origen humilde. Los “caballeros” decomisaban abusivamente a los infantes ropa, frazadas, víveres y todo lo que pudiera hacerles más cómoda la vida en la milicia. Así, los objetos “pasados en la caballería” no eran devueltos a sus legítimos propietarios: de ahí la transferencia de significado.
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