Artículo original en Italiano escrito por Andrea Cionci, [Ver: Perché l’unico, vero papa, Benedetto XVI, si esprime in “Codice Ratzinger” (romait.it)], traducido y publicado aquí con su expresa autorización y orientación.
Sucede que si una persona que vive en cautiverio no puede pedir ayuda explícitamente, lo hace con un subtexto, en este caso, bajo el «Código Ratzinger».
Imagen de Portada: Papa Emérito Benedicto XVI.
Ante nuestros ojos se está produciendo uno de los acontecimientos más extraordinarios de la historia, en la indiferencia casi total de los grandes medios de comunicación: nadie se atreve a afrontar el tema, porque en realidad es “demasiado grande”, les rebasa, y además pondría en evidencia un sistema general de imposturas del que muchos ciudadanos ya han tenido claros indicios. “No importa”, se diría en Colombia para indicar que, por lo pronto, ante el actual estado de cosas y la imposibilidad de llamar la atención sobre ellas como corresponde, hay que dejar que sea así. "No pasa nada”: al menos tenemos la facilidad de explicárselo con calma y precisión, sin que canten demasiados gallos.
El Papa “emérito” es Benedicto XVI
Como ya hemos ilustrado en los artículos anteriores, el Papa es uno solo, y es Benedicto XVI, el Papa "emérito": un estatus inexistente desde el punto de vista canónico, sino sólo calificativo que, entre los “dos papas”, indica al único que “tiene derecho a ocupar ese cargo”. La palabra procede del verbo latino “emereus”, y significa “el que merece”: en este caso, el único, el que en realidad “merece ser papa”. Por lo tanto, el que realmente lo es.
De hecho, en 2013, el Papa Ratzinger no abdicó en absoluto, sino que se auto exilió a un estado de “sede impedita”, (Canon 412), en el cual el Papa es formalmente un prisionero y no puede comunicarse con libertad. De manera coincidente, se da el caso de que varios canonistas de la Universidad de Bolonia –quienes nunca nos han desmentido– acaban de organizar un grupo de estudio sobre la situación de un Papa emérito y un Papa impedido.
Toda la Magna Quaestio se basa en su renuncia al ministerium, el ejercicio práctico del poder, una de las dos entidades con las que, junto con el munus (título papal de origen divino) en 1983 se dividió el oficio papal. Si se renuncia de modo simultáneo y ratificado al munus, se da la abdicación. Si se renuncia de manera diferida y no ratificada al ministerium, como hizo Benedicto XVI en 2013, se da la sede impedida.
Origen del sistema anti usurpación
Como se ha confirmado recientemente gracias a la ayuda de uno de los cinco expertos en derecho dinástico del mundo, se trata de un sistema anti-usurpación tomado de la antigua ley principesca alemana e insertado en el Código de Derecho Canónico por el Cardenal Ratzinger en 1983. Así que hoy, mientras el verdadero Papa se encuentra impedido, tenemos, de hecho, un “ministerio ampliado” con un Papa legítimo y un Papa ilegítimo, de acuerdo con un diseño teológico-escatológico que hemos tratado.
¿Piensa que se trata de fantasías nuestras? En absoluto, porque, además de otros varios canonistas, teólogos y latinistas, para confirmar de modo preciso esta situación está el propio Papa Benedicto, quien se ha expresado en varias decenas de ocasiones mediante mensajes crípticos, es decir, en una forma de comunicación en clave que por fin hemos descifrado y a la que llamamos “Código Ratzinger”. Pero, ¿Qué es? ¿De qué se trata? Es un sistema de comunicación lógica y sutil que el verdadero Papa utiliza en un sinfín de sus intervenciones, discursos, libros, entrevistas, cartas públicas y privadas.
Los “mensajes en el Código Ratzinger”
Para entender la razón, e ilustar un poco esto, recordemos una noticia reportada en el Corriere della Sera hace un par de años. Una joven que fue secuestrada y golpeada por su ex novio. Entonces, para pedir auxilio sin ser descubierta por el hombre, fingió pedir un par de pizzas por teléfono, pero en lugar de la pizzería llamó a los Carabinieri, quienes de inmediato comprendieron que no era una equivocación telefónica: enviaron una patrulla y arrestaron al energúmeno.
Está claro cómo lo escamoteó, ¿no? Es decir: hay situaciones en las que una persona que se encuentra en cautiverio no puede pedir ayuda EXPLÍCITAMENTE, sino que se ve obligada a hacerlo con un SUBTEXTO, esperando que sus interlocutores sean lo suficientemente inteligentes como para entender.
Ya en marzo, el profesor Carlo Taormina, el jurista más famoso de Italia, había lanzado esta declaración al escritor:
"Llama la atención la ambivalencia continua y estudiada, a lo largo de ocho años, atribuida a las declaraciones de Ratzinger que, en esencia, parece reiterar siempre lo mismo, a saber, que el Papa es él, Benedicto y no otros".
Más recientemente, el Prof. Rocco Quaglia, Profesor de Psicología Dinámica en la Universidad de Turín, explica:
"El Dr. Cionci ha hecho un trabajo muy refinado al descifrar los escritos y comportamientos del Papa Benedicto; las interpretaciones proporcionadas dan sentido a lo que parece estar desprovisto de lógica”.
Cómo entender e interpretar el Código Ratzinger
El profesor Quaglia también firmó esta síntesis junto con otros respetados profesionales:
“Las ambigüedades objetivas y extrañas del lenguaje de Benedicto XVI identificado como el «Código Ratzinger», también encontrado por otros periodistas, o incluso lectores, no son accidentales, y no se deben a la edad del autor o, aún menos, a su falta de preparación. Son mensajes sutiles pero inequívocos que conducen de nuevo a la situación canónica descrita en la investigación. El Papa Benedicto se comunica de una manera sutil porque se le impide hacerlo y, por lo tanto, no puede expresarse libremente.
El «Código Ratzinger» es su propia forma de comunicación lógica e indirecta que hace uso de aparentes inconsistencias que no escapan al ojo de las personas preparadas. Estas frases, “decodificadas” con las ideas necesarias sobre las referencias que el Papa hace a la historia, los acontecimientos actuales y el Derecho Canónico, esconden un subtexto lógico perfectamente identificable, con significados precisos y unívocos. En otras ocasiones, Benedicto XVI opta por frases “anfíboles” –no sin señales humorísticas– que pueden interpretarse de dos maneras diferentes.
Estas técnicas de comunicación le dan la oportunidad de dejar claro, “a los que tienen oídos para entender”, que él sigue siendo el Papa y que se encuentra en una situación de impedimento. Por lo tanto, cualquiera que argumente que los mensajes del Código Ratzinger son interpretaciones fantasiosas no ha entendido o niega la evidencia”.
Firmantes: Prof. Antonio Sànchez Sàez, catedrático de Derecho de la Universidad de Sevilla; Prof. Gian Matteo Corrias, profesor de temas literarios y ensayista histórico-religioso; Prof. Alessandro Scali, profesor de Literatura Clásica, escritor y ensayista; Maestro. Gianluca Arca, profesor de latín y griego, filólogo, investigador, ensayista; Dr. Giuseppe Magnarapa, psiquiatra, ensayista y escritor.
Ahora, ¿Cómo reconocer estos mensajes?
Por lo general, el estilo perfectamente diáfano del papa Ratzinger de repente se vuelve poco claro: aparecen llamativas construcciones de oraciones, el uso de términos inusuales y, en una lectura más atenta y profunda, se nota cómo emergen aparentes errores o inconsistencias.
Estas “advertencias” revelan tres tipos de mensajes:
anfibologías, o frases que pueden interpretarse de dos maneras diferentes y opuestas;
mensajes velados pero inequívocos, es decir, precisas referencias culturales que resultan reveladoras;
los llamados "mensajes de 0 km", tan sencillos e intuitivos que ni siquiera requieren una interpretación.
1) Comencemos con algunos ejemplos de anfibología: la más notoria y reconocible es la frase que Benedicto XVI repite desde hace ocho años: «el Papa es solo uno», sin precisar nunca cuál es: obviamente es él mismo, pero no puede decirlo abiertamente, a causa de su situación de sede impedida. O, más sutilmente, la frase "he renunciado válidamente a mi ministerio": dado que los dos cuerpos clave munus y ministerium se traducen al italiano con la misma palabra "ministerio", no sabemos si el Papa se refiere al ministero-munus, lo que implicaría su abdicación, o al ministero-ministerium, que lo sitúa en la sede impedida.
Pero es el segundo, porque en la Declaratio de 2013 renunció solo al ministerium. Puesto que Benedicto ha perdido de hecho el poder práctico, nadie puede dudar que él decidió libremente privarse del poder práctico (pero no abdicar). Así que el Papa es sólo él.
2) Uno de los mensajes velados/inequívocos más famosos es la respuesta dada al periodista Peter Seewald en “Últimas Conversaciones” (Garzanti, 2016), en referencia a su “renuncia”:
“No es tan simple. Ningún Papa ha dimitido durante mil años e incluso en el primer milenio fue una excepción”.
Dado que en el primer milenio seis papas abdicaron y cuatro en el segundo, a nuestros ojos la frase aparece inicialmente como un grave error de historia. Pero no: porque Benedicto renunció al ministerium, el ejercicio práctico del poder, tal como sucedió con un par de papas en el primer milenio, Gregorio V y Benedicto VIII, que fueron expulsados por los antipapas y luego reintegrados al trono con la ayuda de los emperadores. El Papa nos está diciendo: He renunciado al poder práctico como aquellos papas que nunca abdicaron, ergo el Papa siempre sigo siendo yo y Bergoglio es antipapa.
3) entre los llamados "mensajes de 0 km", hay una frase siempre contenida en “Últimas Conversaciones”. La pregunta de Seewald:
—"Uno imagina que el Papa, el Vicario de Cristo en la Tierra, debe tener una relación particularmente estrecha e íntima con el Señor".
La respuesta del Papa Ratzinger:
—"Sí, debería ser así, y no es que tenga la sensación de que Él está muy lejos. Siempre puedo hablar con él íntimamente".
Aquí no hay nada qué entender: en la respuesta el Papa asume las premisas de la pregunta: un perfecto "silogismo retórico". Aún más inmediato es un mensaje contenido en la carta de respuesta a una señora que le había escrito, enviada a través de un funcionario de la Secretaría de Estado:
“Querida señora, el PAPA EMÉRITO Benedicto XVI ha aceptado la cortés carta del 21 de octubre pasado con la que quiso dirigirle expresiones de afecto filial. Agradecido por los sentimientos de devoción expresados, el SUMO PONTÍFICE nos anima a dirigir nuestra mirada al Padre celestial con cada vez mayor confianza”.
¿Lo Vemos? El Papa emérito corresponde a, es el mismo sujeto que, el Sumo Pontífice.
Somos conscientes de que estamos mostrando una situación que parece increíble e impactante, pero como evidencia podemos leer varias docenas de otros ejemplos en la investigación reorganizada al final de este artículo, en los capítulos 6 al 14. Por su parte, la explicación canónica se resume en los capítulos 1,2,5.
El verdadero Papa lleva ocho años pidiendo ayuda, pero a la clase intelectual tradicionalista –también muy instada por nosotros a reflexionar sobre el caso– no le importa y, por el contrario, le ataca llamándole "modernista" e, incluso recientemente, calificándole como "gnóstico". Todo ello mientras el clero alemán, ahora completamente desviado a una falsa religión modernista, lo ataca con una presunta investigación mediática-judicial espuria destinada a destruir su imagen.
Y así, al igual que Aquel de quien es el Vicario, el Papa Benedicto se ha quedado SOLO (Con excepción de Don Minutella y algunos fieles) en su propio Huerto de los Olivos.
© Reproducción reservada
Comments