SOBRE POR QUÉ SOSTENGO QUE LAS PALABRAS “IN PERSECUTIONE EXTREMA S.R.E SEDĒBIT”[1], CORRESPONDEN AL ÚLTIMO LEMA DE LA PROFECÍA DE SAN MALAQUÍAS
Esta profecía, aunque no es dogma de fe, y que además, se comprenderá plenamente cuando llegue a término, y por tanto, de algún modo, está velada, por las implicaciones que tiene, merece nuestra atención, con la mayor diligencia.
Por tanto, aunque de suyo sea accesoria y, hasta cierto punto irrelevante, también es verdad que su adecuado discernimiento puede ser importante para para la vida de la Iglesia en este Final de los Últimos Tiempos y la esperanza de los cristianos, la cual ha de estar puesta siempre en Dios, el cual «nada hace sin haber revelado su designio a sus servidores los profetas»[2].
Pienso que las palabras “In persecutione extrema S.R.E sedēbit” corresponden al último lema de la lista por tres razones:
RAZÓN PROFÉTICA:
La clave está en la palabra “extrema”. Nosotros, asociándola al sustantivo que la acompaña, “persecutione”, la traducimos automáticamente como “persecución extrema” o “persecución durísima, terrible, tremenda”, pero nada más lejos de la realidad. Atención. La voz “extrema” significa “última”[3].
Pues bien, no puede ser cierto que este posible penúltimo lema se refiera al falso pontificado[4] del Falso Profeta, ya que sabemos con total certeza que dicha persecución a la Iglesia, la final, la última, no será llevada a término por este personaje, sino por el Anticristo.
No puede ser cierto que esta profecía se refiera a la Bestia de la Tierra, pues sabemos que no será ella quién dará comienzo a dicha persecución, sino que lo hará la Bestia del Mar.
Puesto que toda revelación privada está supeditada a la Revelación Pública y no puede ser verdadera y contradecirla a la vez, si este lema se refiriese al Falso Profeta, la profecía sería falsa. Puesto que considero que no es falsa, sino verdadera, no puede referirse a él.
RAZÓN SEMÁNTICA Y GRAMATICAL:
Dentro del conjunto de todos los lemas, existe tan solo uno que comience con la preposición “in” (“In tribulatione pacis”, “en la tribulación de la paz”, atribuido al Papa Gregorio V, 1621-1623, quien intercedió para reconciliar al duque de Saboya con el Rey de España). Esto podría indicarnos que “In persecutione extrema S.R.E. sedēbit” no tiene nada de anormal. Además, hay muchos lemas que comienzan con otras preposiciones [“De” (22), “Ex” (9),] o que incluyen preposiciones en su interior[“in” (6), “inter”(1), “de” (3)] o la conjunción “et” (5). Es decir, que, aunque pudiere parecer insólito que “In persecutione extrema S.R.E sedēbit” fuese un lema, por incluir la preposición “in”, no es así, puesto que, en total, 33 lemas comienzan con preposición.
Lo que sí es absolutamente insólito es la inclusión de un verbo ya que que ninguno de los 111 lemas anteriores lo incluye. El verbo “SEDĒRE” (“sentarse”, o también “gobernar” o “tener en la mano el timón [¡!] de algo[5] -expresado en genitivo-”) aparece en su forma de futuro imperfecto de indicativo, 3ª persona del singular, “SEDĒBIT” (“se sentará”, “gobernará”, o “tendrá en la mano el timón de…”). Pues bien, no solo esto lo diferencia radicalmente de las propiedades del resto de lemas, que son siempre sintagmas nominales o preposicionales, nunca verbales, sino que, además, y he aquí la razón gramatical, reclama un sujeto.
En latín es correcta la expresión de una idea sin uso de verbo, por eso los otros 111 lemas son gramaticalmente correctos (ejemplos históricos de este tipo de sentencias: “S.P.Q.R.”, “SENATVS POPVLVSQUE ROMANVS”, “El Senado romano y el pueblo romano”, o como diríamos en castellano “El Senado y pueblo romanos”; o “I.N.R.I.” “IESVS NAZARENVS REX IVDÆORUM”, “Jesús Nazareno Rey de los judíos”). Sin embargo, de ningún modo puede ser gramaticalmente correcto un conjunto de palabras que, incluyendo un verbo, no presente también un sujeto (que se expresa, a la hora de declinar, en caso nominativo), a no ser que hablemos de una de las tres formas de impersonalidad[6]que existen en lengua latina, ninguna de las cuales es el caso:
Verbos meteorológicos (como en castellano): PLUERE, llover; TONARE, tronar; FULGURO, relampaguear; LUCESCERE, amanecer; ADVESPERASCERE, anochecer; NINGERE, nevar.
Verbos que expresan sentimientos “negativos” (parecidos a los verbos pronominales, no reflexivos, del castellano): PUDĒRE, avergonzarse; MISERĒRE, compadecerse; PÆNITERE, arrepentirse; TÆDET, estar hastiado; PIGERE, estar afligido, lamentarse.
Verbos que significan necesidad, posibilidad o conveniencia (semejantes a los verbos castellanos para expresar obligación, prohibición o consejo): PLACĒRE, parecer bien; LICĒRE, estar permitido; OPORTERE, ser necesario; DECERE, ser apropiado, convenir.
Podría pensarse que el tercer caso de impersonalidad, cabría aplicarse al posible lema “In persecutione extrema S.R.E. sedebit”, pero es imposible por dos razones: una lingüística y otra lógico-teológica.
En primer lugar, los verbos usables para propósito tal, están definidos y cerrados, y el verbo SEDĒRE no está entre ellos, no se ha usado para ello. En segundo lugar, de ninguna manera, podría ser en sí mismo conveniente, apropiado o necesario, que el Falso Profeta se sentare en la silla de San Pedro; en todo caso sería algo permitido, por la Voluntad Divina, para un bien mayor. Pues bien, si el supuesto lema se refiriese a la persecución de la Iglesia por parte del Falso Profeta, y quisiere incidir en la Voluntad Permisiva de Dios, lo cual justificaría la ausencia de sujeto gramatical, ¿por qué no haber usado el verbo que significa tal idea en lugar de un verbo que se usa únicamente para los significados ya referidos? De haber sido así, el lema habría resultado en: “In persecutione extrema S.R.E. licēbit”, que vendría a significar “durante la última persecución de la Iglesia será permitida”, lo cual ¡tampoco tiene sentido gramatical!
Tengamos en cuenta que, pese a que estos verbos son usados para crear una oración impersonal, en la mayoría de los casos existe un sujeto gramatical, que no es sujeto real (ej: “MENTIRI NON DECET”, “no está bien mentir”, donde “MENTIRI” es sujeto gramatical), y en otros casos, existe un dativo (ej: “LICET NOBIS”, “nos está permitido” o “se nos permite a nosotros”. Es decir, el supuesto lema seguiría sin tener sentido si no se incluyese en él o bien un infinitivo que actuase como sujeto gramatical, o bien un sustantivo o pronombre en caso dativo, el cual indicaría a quién o qué iría dirigida la acción impersonal.
Esta segunda posibilidad podría ser una realidad, ya que según el Padre Igartúa, el acrónimo “S.R.E.” se identifica en genitivo con “SANCTÆ ROMANÆ ECCLESIÆ”7, es decir, “de la Santa Iglesia Romana”. Sin embargo, advertimos que, al menos gramaticalmente, “SANCTÆ ROMANÆ ECCLESIÆ”[7], podría traducirse en dativo, “a la Santa Iglesia Romana”, lo cual daría sentido gramatical, pero no semántico, al verbo LICĒRE: “S.R.E. licēbit”, “se le permitirá a la Santa Iglesia Romana”. Sin embargo, es imposible de dar sentido completo a la frase considerando el ablativo previo “In persecutione extrema”, pues resultaría “durante la última persecución se le permitirá a la Santa Iglesia Romana”. [¡!]
Resumen y conclusión:
En el lema hay verbo y no hay sujeto.
Si no hay sujeto (nominativo), no puede ser un lema, a menos que sea una oración impersonal.
Si se tratase de una oración impersonal, aunque tuviese un objeto indirecto (dativo), podría ser un lema. Pero “SEDĒRE” no es un verbo impersonal, luego no es un lema.
Además:
“S.R.E.” no puede ser dativo por carencia de sentido, luego es genitivo o nominativo. “S.R.E.” no puede ser nominativo por carencia de sentido y la nota del P. Igartua SJ, luego, luego es genitivo.
Una frase de estas características, con verbo personal, sin nominativo, sin dativo, con genitivo y ablativo, es imposible.
En otras palabras, afirmar que “In persecutione extrema S.R.E. sedebit” sea un lema en sí mismo, es afirmar un imposible teórico, sea gramatical o semánticamente hablando.
RAZÓN HISTÓRICA:
Existen tres ediciones de la profecía de San Malaquías: Wion, de 1595; R. Rusca, de 1598; y Messingham, de 1624. Pues bien, en la tercera de ellas, la más postrera y posiblemente mejor asesorada, aparece el párrafo seguido, es decir, se incluye “In persecutione extrema S.R.E. sedebit” en el siguiente lema, haciendo de ambos una unidad. Esto es un dato historiográfico muy importante, ya que en la época efectuar un cambio de tales características hubiese sido imposible de no ser por tener un muy buen motivo. Quizá Messingham tuvo acceso a ejemplares manuscritos anteriores a las ediciones de 1595 y 1598 y las corrigió. O quizá concluyó que efectivamente, esa “frase” anterior, era un sinsentido gramatical. No lo sabemos. Pero sí es correcto pensar que: puesto que existen dos versiones, tan solo una ha de ser la verdadera; y que es justo pensar que la última edición sea la más fiable, puesto que la fiabilidad no reside necesariamente en la antigüedad, y de hecho, esta puede ser aumentada con el paso del tiempo y la investigación científica. Precisamente cuando se imprimen varias ediciones de un libro es para corregir, retocar, ampliar las anteriores, y este fue el caso de la profecía.
Aquí los tres lemas[8]. Nótese que en la primera edición no aparece “persecutione”, sino “psecutione”. Ese punto es debido a que por “psecutione” se entendía “persecutione”, era el modo de abreviar la palabra.
CONCLUSIÓN FINAL:
Analizando la historiografía, gramática y sentido de la profecía, no solo cabe pensar que se trate de un solo lema, sino que, de hecho, probablemente esta sea la única posibilidad. Pese a ello, no se puede afirmar con total certeza, y el cumplimiento de la misma nos revelará los misterios que aún hoy encierra.
BREVE IDEA:
Puesto que “SEDĒRE” significa “sentarse”, pero también “gobernar” o “tener en la mano el timón de algo[9]-expresado en genitivo-”, pienso que puede ser propuesta esta traducción del 112º lema:
“Durante la última persecución, Pedro Romano tendrá en la mano el timón de la Santa Iglesia Romana”,
en lugar de la más habitual “Durante la última persecución de la Santa Iglesia Romana, Pedro Romano gobernará”, es decir, siendo el genitivo de “S.R.E.” relativo a “sedēbit” y no a “In persecutione extrema”.
Lo pongo de relieve porque esta segunda traducción, la más habitual, difícilmente se compagina con la continuación del lema, que inicia con una oración subordinada de relativo, lo cual propicia la interpretación que tratamos de refutar. De este modo, en cambio, tiene todo el sentido. Veamos:
“Durante la última persecución, Pedro Romano tendrá en la mano el timón de la Santa Iglesia Romana, el cual apacentará a las ovejas en medio de muchas tribulaciones; pasadas la cuales la ciudad de las siete colinas será destruida, y el Juez tremendo juzgará a Su pueblo”.
Esta traducción pondría de relieve que el Anticristo no solo perseguirá a la Santa Iglesia Católica[10], sino a todo aquel que no lo adore, todos los cuales,podrán ser tenidos como miembros de la Iglesia por haber buscado la verdad, aplicándose en ellos la santa doctrina del bautismo de sangre y del bautismo de deseo[11].
«Ha rugido el león, ¿quién no temerá?
El Señor ha hablado, ¿quién no profetizará?»[12]
¡Bendito sea Dios!
¡Dichosos los corazones
que vivan ese momento histórico con heroicidad evangélica!
A.M.D.G.
César para Jesucristo
NOTAS:
[1] Por pura cuestión pedagógica, incluiré, cuando sea el caso, en los verbos latinos del documento el signo de vocal larga (ej: “ē”) para aprender a diferenciar con facilidad los verbos de las 2ª y 3ª conjugaciones (“-ĒRE” y “-ERE”).
[2] Amós 3, 7.
[4] Se dice que existen lemas de antipapas en la profecía, quizá aludiendo a Celestino V: “Ex eremo celsus”, aunque en su caso fue un verdadero Papa que verdadera y válidamente renunció, por lo que nunca fue un antipapa. Sin embargo, hemos investigado, y podemos afirmar que ningún lema se corresponde con ningún antipapa. El primero de ellos “Ex castro Tiberis”, hace referencia al Papa Celestino II, Papa nº 165 de la Iglesia, entre 1143 y 1144. Existió un antipapa llamado Celestino II, cuyo antipapado duró solo un día, el 21 de diciembre de 1124, es decir, veinte años antes del comienzo de la profecía. Quizá, esta coincidencia en los nombres pueda llevar a confusión. Pues bien, de los seis antipapas posteriores, ,: Anacleto II (1130-1138), Víctor IV (1159-1164), Pascual III (1164-1168), Calixto III (1168-1178), Inocencio III (1179-1180) y Nicolás V (1328-1330), a ninguno le corresponde ningún lema. No hablamos ahora de Bergoglio que es más que un antipapa, el Falso Profeta.
[6] https://www.aulafacil.com/cursos/latin/intermedio/oraciones-impersonales-l25239y también aquí: http://latin.santiagoapostol.net/humanistas/minerva_bachillerato/impersonales.htm
[7] IGARTUA SJ, J.M.: El enigma de la profecía de San Malaquías sobre los papas, Ediciones Acervo, Barcelona, 1975, p. 162. Lo refierealudiendo al catálogode abreviaturas de siglasde cancillería del diccionario de Espasa, 1, 673, donde“S.R.E.” = “Sanctæ Romanæ Ecclesiæ”. Sin embargo hemos encontrado que también se ha usado dicho acrónimo en nominativo aquí: https://ec.aciprensa.com/wiki/Abreviaturas_eclesi%C3%A1sticas
Este enlace, por cierto, refleja erróneamente la declinación en genitivo al expresar “Sanctæ Romanæ Ecclesia”, el cual toma de aquí: https://www.newadvent.org/cathen/01022a.htm El hecho de que pudiere traducirse en nominativo no significa que pueda ser un lema, puesto que la Iglesia nunca podría ser sujeto de la acción de gobernar, sino objeto, puesto que esta, como nave, es de suyo, gobernada. De haber sido así, no se emplearía “sedēbit”, sino “sedēbitur”, que es la voz pasivadel futuro simple del verbo SEDĒRE.“In persecutione extrema S.R.E.sedēbit”, se podríatraducir como “durante la últimapersecución la Santa Iglesia Romana gobernará”, pero no tienesentido, puesto que la Iglesia no gobierna, sino que es gobernada. Además, “In persecutione extrema”, exige un genitivo, porque de no ser así, carecería de sentido completo. “In persecutione extrema S.R.E. sedēbitur”, se traduciría, “durante la última persecución la Santa IglesiaRomana será gobernada”. Pero, tenemos “sedēbit”, no “sedēbitur”.
[8] IGARTUA SJ, J.M.: El enigma de la profecía de San Malaquías sobre los papas, Ediciones Acervo, Barcelona, 1975, LÁMINA IX.
[10] Sabemos que el Partido Comunista Chino no solo persigue a la Santa Iglesia Católica, sino además, a todo aquel que viva cualquier tipo de espiritualidad, o también a los disidentes por causas puramente racionales. Tan solo la oficialidad es impunidad. ¡Cuánto más será así durante el gobierno del Anticristo!
[12] Amós 3, 8.
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